Repaso comparativo: Bleach, parte II

Hace dos semanas más o menos arrancamos con un repaso en etapas sobre una de las series más exitosas del momento: Bleach. Sólo fue una breve introducción, como para ir calentando los motores. En esta segunda parte entraremos más en la versión original, el manga, su trama y arcos argumentales. El anime (con sus puntos más controversiales) y demás adaptaciones quedarán para futuras entregas. Sin más preámbulos, vamos con lo que sigue.

Como ya habíamos comentado, el manga de Noriaki Kubo (más conocido como Tite Kubo) apareció por primera vez en Agosto de 2001, bajo la órbita de la Shonen Jump de Shueisha. Su largo camino lleva hasta el momento 431 capítulos, recopilados en (por ahora) 48 tankoubons. Como cualquier obra larga y duradera, y que pretenda mantener cierta coherencia por tiempo indeterminado :P, Bleach está estructurada en sagas o arcos argumentales, que pueden a su vez subdividirse en arquitos más pequeños. Lo que tiene la historia es que busca mantener el climax, incluso cuando llega el final de un arco, sosteniendo la emoción y arrancando casi de inmediato con la nueva trama, que tiene más vueltas de tuerca que la anterior. Incluso durante una saga, suelen ir tirándose líneas de lo que se vendrá luego. Y todo matizado con sus buenas dosis de humor y situaciones absurdas, como para no ahogarse entre tantas peleas espectaculares. Sumado a los capítulos que van relatando la trama en orden cronológico, fueron agregados otros que llevan un número negativo y que consisten en historias paralelas que ocurren antes de los eventos principales.

La cosa arranca con nuestro protagonista, Ichigo Kurosaki, que es el típico adolescente japonés, medio quilombero, que vive peleándose con medio mundo, pero que en el fondo es un amor. Lo que lo hace un tanto diferente al resto es que él puede ver e intercatuar con espíritus de gente muerta que por algún motivo no pueden seguir su camino y se quedan boyando en el mundo real. Claro que alguien con esa habilidad no puede seguir su vida así como así. Algo tenía que pasarle. Un buen día se le mete en su cuarto una chica llamada Rukia Kuchiki, a la que sólo él puede ver, que resulta ser una Shinigami (Ángel de la Muerte), es decir, quienes sirven como guías para las almas que aún no encontraron el camino al más allá y los ayudan a llegar a Soul Society (La Sociedad de Almas). Además, se encargan de eliminar a los Hollows o espíritus malignos que se alimentan del poder espiritual que tienen algunas almas, como la de Ichigo. La cuestión es que Rukia está persiguiendo a una de estas entidades malignas, que va tras Ichigo y termina poniendo en peligro a toda su familia. Rukia, herida, decide cederle parte de sus poderes de Shinigami para que pueda enfrentarse al Hollow. Para ello, le clava la Zanpakutou (o espada cegadora de almas) que portan los Shinigamis. Así es como Ichigo se vuelve un Shinigami sustituto. A partir de eso, Rukia debe quedarse en el mundo humano y ayudarlo a Ichigo en su nueva tarea de “atrapa bichos”.

Los primeros capítulos se suceden con un ritmo bastante “tradicional”, con la interacción de Rukia con los amigos y compañeros de Ichigo, algunos de los cuales demuestran también tener poderes espirituales especiales, y la eliminación de algún que otro Hollow. Pero poco a poco quedará claro que esto era simplemente una graaaan intro, un enorme punto de partida para la primera GRAN saga: la de la Sociedad de Almas. Porque hete aquí que una de las reglas de la Soul Society es que está prohibido transmitirle los poderes a un humano. Así es que vienen a por Rukia, y allá van Ichigo y sus amigos a intentar rescatarla, no sin antes pasar por un duro entrenamiento, como no podía ser de otra manera. Más a o menos por acá es por donde vamos con la edición de IVREA.

Es admirable cómo su autor logra sacarle jugo a las reglas del juego de los shonen. Las peleas se suceden una tras otra y la espectacularidad e ingenio no paran en ningún momento (aunque hay mucho más de lo primero que de lo segundo). Sumado a esto, en Bleach intervienen una gran diversidad de especies y razas humanas y espirituales, que confroman a su vez sociedades muy bien estructuradas (de las que hablaremos en detalle en post posteriores). Además, cerca del final de la saga (alrededor del tomo 19) comienzan las esperables pero no predecibles “vueltas de tuerca” que revelan que no todo era lo que parecía y que las acciones y motivaciones de los personajes van más allá de lo evidente. Explicar cada saga hasta el presente sería eterno, y además, no me gusta spoilearle nada a quien no lo haya leído y quiera enterarse solito. Lo que sí podemos decir es que al rescate de Rukia le sigue la saga de Los Arrancar, muy ligada a los eventos transcurridos en el final de la anterior, e inmediatamente la del Hueco Mundo, para dar pie a la Batalla “central” de la saga.